martes, junio 6, 2023

De perros y cerdos

spot_imgspot_img

El villaodonense Javier Roldán nos muestra con ironía y sentido del humor su visión sobre un problema que afecta al estado de nuestras calles y parques.

» Sorprendido me hallo con una extraña sociedad (que diría Valdano), que de un tiempo a esta parte ha irrumpido en nuestro entorno villaodonés y que, me temo, ha venido para quedarse.

Esta nueva pareja, que nos acompaña en el día a día, no es otra que la formada por el perro, sea este de la raza que fuere, y el cerdo. Pero un cerdo con unas características muy específicas que le hacen, precisamente, protagonista de estas líneas.

Y es que, al contrario de lo que en un primer instante pudiéramos pensar, no es un cerdo que se desenvuelva en el mundo rural. Mas bien todo lo contrario, su hábitat principal es el medio urbano. Nos encontramos pues, ante un gorrino cosmopolita en su gran mayoría.

Otra característica del animal en cuestión es que, desafortunadamente, no es aprovechable para la alimentación humana. No amigos, no da jamones, ni chorizos, ni nada que se le asemeje. En la mayoría de los casos ni siquiera los andares se acercan a los del cochino común cuyo trote nos hace disfrutar de manera singular.

Pero sin lugar a dudas la característica que define al cien por cien a estos animales y que les hace alcanzar su condición porcina es que siempre, siempre, siempre, van desprovistos de la pertinente bolsa para recoger las heces de su socio canino. Es una condición indispensable para poder ser un marrano, y ellos, conscientes, se esfuerzan día a día en cumplirla.

Esta proliferación de puercos está afectando a nuestro entorno de manera muy positiva. Carriles bici convertidos en carriles con obstáculos que hacen mucho más ameno el tránsito de adultos y niños, frondosas praderas de césped abonadas permanentemente y aceras decoradas al mas puro estilo art déco.

Quizá los mas perjudicados, de manera indirecta, estén siendo sus propios compañeros de fatigas, con una legislación cada vez mas prohibitiva hacia los canes, que no hacia los cerdos, y que, injustamente, también afecta a otro tipo de binomios como puede ser, por ejemplo, el de perro y persona.

Esperemos que la autoridad local competente no intensifique la vigilancia ni las sanciones hacia estos simpáticos gochos que nos hacen nuestro duro día a día mucho más ameno con los residuos fecales de sus socios.

La única pega que yo les veo es que no dan jamón. «

Redacción : Javier Roldán

spot_img

ÚLTIMAS NOTICIAS

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Noticias relacionadas

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img
CLOSE
CLOSE