domingo, octubre 1, 2023

Helena Vignau, una villaodonense que ama la música

spot_imgspot_img

Quedamos con Vignau en Lekker, situada en la calle Valle 16, cafetería que hace esquina entre el colegio Alcalá y la Farmacia M.C. del Real. Vamos a hablar durante algo más de una hora de su pasión, que es la música, cantar ópera y mucho más. Helena tiene 32 años y una hija de un año, motivo por el cual llega algo cansada. Me dice que casi no ha dormido; es lo habitual en el caso de los padres, los bebés ocupan casi todo su tiempo mientras llenan la casa de una nueva felicidad. Aquí te mostramos la primera parte de la entrevista que le hemos realizado.

Pregunta: Helena, háblanos de Villaviciosa, desde cuándo vives aquí y qué es lo que más te gusta de nuestro pueblo

Respuesta: Llegué aquí cuando solo tenía un año y medio de edad. Antes vivía con mis padres y mis dos hermanos mayores en Aluche. A mis padres les gustaba mucho venir a pasear por el campo, por el monte y los caminos, en Villaviciosa de Odón, y por eso decidieron instalarse en el municipio. Desde entonces he sido vecina de la localidad, primero viviendo con ellos y luego en la casa que compramos mi novio y yo.

A mí me encanta la tranquilidad, la paz, la posibilidad de pasear en un entorno natural precioso. Creo, sin embargo, que algunas cosas se pueden mejorar: Hay algunos tramos del anillo verde a los que llega demasiado ruido de los vehículos, o en los que las piedrecitas del camino dificultan el avance del cochecito de mi hija.

¿Cuáles son tus estudios y tu profesión?

Yo estudié Ciencias de la Información con la especialidad de Publicidad en la Universidad Complutense. Tenía un buen trabajo, pero mi idea de quedarme embarazada no fue bien vista por mi jefe, es la verdad, y finalmente llegué a un acuerdo con ellos, abandoné la empresa y decidí disfrutar del resto de mi embarazo y cuidar de mi hija, que es a lo que me he dedicado desde que nació hace un año.

Me gustaría conocer tu formación musical, cuándo empezaste y todos los pasos que has dado desde entonces para perfeccionar tu técnica de canto

Mi padre era aficionado a tocar el piano y mis hermanos estudiaban música. Había un ambiente propicio en el hogar. Yo enseguida, siendo niña, empecé a apreciar tanto la ópera como el rock. A los 10 años empecé a estudiar guitarra y solfeo aquí, en el pueblo. Transcurrido un año, mis padres me apuntaron a la Escuela Municipal de Música porque, según me dijeron, yo tenía una bonita voz que podía permitirme aprender a cantar puliendo mis cualidades naturales.

Sin embargo, era aún muy joven y me recomendaron empezar un poco más tarde, a los 14, para no dañar mi voz antes de que se desarrollase del todo. Fui alumna de la soprano María José Sánchez hasta los 17 años. Ella empezó a formarme en el canto clásico, lo que podemos llamar lírica. Cuando cumplí los 18, estudié para presentarme a 1º de Grado Medio del Conservatorio. Me presenté, aprobé y empecé allí más o menos al mismo tiempo que en la Universidad.

Se me presentó entonces un problema de compatibilidad: sumados ambos estudios, debía emplear muchísimas horas en ello, en casa y fuera de casa, así que decidí abandonar el Conservatorio antes que la Universidad, pensando que debía asegurarme un futuro profesional con carácter prioritario.

¿Fue entonces, como dice el dicho, primero la obligación y luego la devoción?

La música sí es una devoción para mí, pero mi vocación no era dedicarme a ello en exclusiva, porque a nivel social -la fama y la vida nocturna-, no va del todo conmigo. Y la publicidad me pareció la parte más divertida de la comunicación; me gustaba la creatividad implícita y el hecho de que es una profesión con futuro.

Algo después empecé a dar clases con la georgiana Lamara Ckonia, una soprano muy famosa y que tuvo mucho éxito en la antigua Unión Soviética. Como siempre, era mi padre quien en todo momento me alentaba y animaba a seguir estudiando canto. Al cabo de dos años, tendría yo entonces 20, empecé con una nueva profesora más cerca de la facultad: la española María del Carmen de Camp, que enseñaba zarzuela además de ópera. Personalmente me gusta más la ópera, y creo que está mejor pensada para la voz. Permanecí con ella dos o tres años.

En el ecuador de mi carrera universitaria, me presenté a la Escuela Superior de Canto con 21 años. Sin haber cursado los primeros 6 años del grado medio, opté a los 4 últimos. Preparé los exámenes y me presenté a ellos con la ayuda del célebre pianista villaodonense Mario Prisuelos, y Esther García, pianista y profesora de conservatorio, que también vive en Villaviciosa. A ambos les estoy muy agradecida. No fui seleccionada, así que terminé la carrera y decidí irme un año a Irlanda a perfeccionar mi inglés. A mi regreso, con 23 o 24 años, encuentro un buen trabajo en el campo de la publicidad, y decido dedicarme principalmente a desarrollar mi carrera profesional como publicista, especializada en soportes digitales.

Pero no abandonaste tu hobby

Contacté con Paloma Berganza, sobrina de la mezzo soprano Teresa Berganza, a la que veíamos actuar en el Café del Infante, donde interpretaba canción francesa y jazz con el fallecido Horacio Icasto, y empecé a estudiar con ella un estilo de canto más moderno. Entonces ya trabajaba en Madrid, y allí, en la ciudad, iba a dar clases con ella. A partir de entonces, actualizo mi repertorio y empiezo a cantar versiones de jazz y canción francesa; actúo en el Café del Infante y en salas de Madrid como Clamores o Galileo.

Sin embargo, esto no me apasiona como la ópera, y tampoco me agrada del todo el ambiente nocturno de los clubs, los horarios, la sacrificada y poco gratificante vida del músico. Para que te hagas una idea, he llegado a cantar por 30 euros en Madrid debiendo llevar mi micrófono y mi equipo de sonido; está muy mal pagado y es para minorías.

La desilusión y el desencanto me impulsaron a abandonar todo aquello. Ahora canto de vez en cuando para familares y amigos y, en los últimos años, también he acudido a empresas privadas y hoteles como el Ritz, el Hesperia Castellana, a Paradores, formando un dúo con Gianni Andreola: él también canta y toca el piano. En este caso, versiones de jazz, temas de Frank Sinatra, música de cóctel o bodas. Afortunadamente, esto me aportó mayores satisfacciones porque cantaba un repertorio que me gustaba y al final, siempre vuelves a casa a dormir, a una hora prudente y estando más o menos bien pagado.

Cuando empecé a estudiar ópera, soñaba con ser una famosa cantante: Me imaginaba a mí misma cantando La Boheme en La Scala de Milán. Sin embargo, este sueño tan propio de artistas ya iba cediendo de alguna manera al comprobar lo difícil que es alcanzar el éxito, la élite, y ser una diva.

La próxima semana publicaremos la segunda parte de la entrevista. Para quien quiera saber cómo canta Helena Vignau en directo, hoy tiene una gran oportunidad, ya que la villaodonense actuará, junto al ya mencionado Gianni Andreola, a partir de las 22:30 horas en El Café Del Infante.

Texto: Manuel Ferriz

spot_img

ÚLTIMAS NOTICIAS

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Noticias relacionadas

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img
CLOSE
CLOSE