El viernes dos de octubre se inaugura en el Coliseo de la Cultura la nueva exposición del pintor villaodonense José Luis Martín de Vidales, un prolífico artista nacido en 1965 que lleva toda una vida dedicándose a su vocación, ha ganado distintos premios y realizado numerosas exposiciones. La exposición EVOLUCIÓN, que estará con nosotros durante todo el mes de octubre, nos muestra sus últimas y experimentales obras.
José Luis nos recibe amablemente en el Coliseo para mostrarnos los cuadros expuestos y hablarnos de ellos antes de que nos cierren, un día antes de que la sala se abra al público. Este talentoso creador compaginó la pintura con su trabajo de artes gráficas hasta que, unos 9 años atrás, creó su propio estudio y abrió una tienda en Boadilla en la que podemos comprar marcos y material de Bellas Artes. Hoy en día José Luis se dedica allí a la enseñanza y cuenta en su estudio con un profesor para niños. Le pregunto si la pintura le ha permitido ganarse la vida y nos cuenta que, aparte de su dedicación profesional, ha vendido todos sus cuadros desde que en 1987 realizara su primera exposición en la Facultad de Bellas Artes.
Por este motivo, no es posible hoy en día hacer recuento de sus innumerables obras, descatalogadas, muy repartidas y localizadas en gran parte en distintas colecciones privadas de personalidades políticas y financieras. Sin embargo, podemos hacernos una idea de su magna obra de los últimos años visitando su página www.joseluismartindevidales.es. La exposición Evolución puede visitarse en horario de 17:00 a 20:00 de lunes a viernes y seguramente también los sábados (consultar horario).
Nos adentramos en la sala que contiene los 23 cuadros expuestos, de tamaño medio o grande y a la venta entre 400 y 1500 euros: la primera impresión es magnífica y pienso que es una excelente oportunidad de conseguir una pieza de coleccionista que se revalorizará con el tiempo y puede lucirse en nuestros salones, porque los cuadros de José Luis son preciosos, evocadores y sugerentes. Empezamos viendo hermosos paisajes de pintura figurativa, La Gran Vía, Manhattan, Paseo de Extremadura, San Francisco el Grande y El Retiro -un clásico en su obra-, y me siento seducido por la belleza y el color, los cielos claros y el predominio gris en la composición, la luminosidad y amplitud que contemplamos.
Martín de Vidales cuenta que el título de su exposición se debe a que abarca, como un compendio estilístico-temático, sus principales motivos e imágenes de los últimos años. Está realizada en «chalk paint», un material nuevo de pintura acrílica que suele usarse para muebles, tiene mucho yeso y debido a ello da un resultado mate. Avanzamos hasta un segundo espacio en el que enseguida percibimos esa EVOLUCIÓN: son cuadros más imaginativos, figurativos y alejados del realismo, grandes palmeras, árboles, figuras humanas… Siguen predominando el gris y la luz, impuestos sobre tonalidades más oscuras.
Pasamos a un tercer nivel evolutivo en el que encontramos una mayor presencia del color negro. Son cuadros realizados con grafito en polvo en los que también destacan los tonos terrosos, en general imágenes fruto de la invención aunque nos muestran algunos elementos reales como el Palacio de Boadilla. Hay un apartado en el que comparecen obras de estas tres primeras fases, grandes cuadros pálidos-oscuros, uno de los cuales nos muestra a una pareja en grandes dimensiones en una playa, en tonos azules y tierra.
En el último capítulo de esta notable evolución, se produce el descubrimiento del brillo como contrapunto al mate del «chalk paint». Son figuras en primer plano sobre fondos planos con un gran colorido: un anciano, tres figuras humanas que, cuando José Luis nos muestra su origen, tenemos el privilegio de captar mejor: el artista nos muestra una fotografía en la que aparece la mancha inicial que desencadenó el proceso de construcción compositiva de este cuadro. Nos parece fascinante y admirable, pues José Luis debe valerse de una poderosa imaginación para componer sus obras a partir de imágenes difusas o abstractas. Rojos, negros, amarillos, vivos contrastes de color y figuras trazadas con firmeza.
José Luis pinta rápido y, si es bajo presión, mejor. Elabora el cuadro inspirándose en manchas aparentemente insignificantes, se divierte pintando con libertad -aunque a veces se decepciona y enoja- y no se siente adscrito a ninguna escuela concreta, sino que es un creador versátil que, desde el realismo, hace y deshace. Os animamos a comprobarlo visitando esta interesantísima exposición que halaga nuestros sentidos, fruto del trabajo de un pintor diestro y maduro que se encuentra en su mejor momento, como ratifican estos llamativos cuadros, y seguirá evolucionando en el futuro.