lunes, octubre 2, 2023

Juan José Miguel: “Si hubiera un nuevo confinamiento no lo podría soportar y tendría que cerrar el negocio”

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Si hay un sector que ha sufrido y está sufriendo como nadie los efectos de la pandemia, ese es sin duda el sector de la hostelería.

En anteriores reportajes ya nos hicimos eco de ello. Pero hoy nos hemos querido acercar a los negocios que celebran bodas y comuniones y que ven cada día cómo las restricciones en cuanto al número de personas que pueden reunirse son constantes. Nos hemos acercado al restaurante Las Cañas para hablar con su gerente, quien nos cuenta de primera mano cómo están sobreviviendo a estos meses tan complicados.

Juan José, cuéntenos, ¿cómo está la situación actual?

Estamos con mucha incertidumbre porque cada dos por tres nos van cambiando las normativas y las exigencias de sanidad y tenemos que ir adaptándonos a esas circunstancias. Si nos dicen que hay que poner mesas de diez personas, pues lo hacemos, si luego nos dicen que como mucho tiene que ser seis, pues lo hacemos, que tienen que tener una distancia entre mesa y mesa, pues nos apañamos; lo bueno que tenemos en este sitio es que es amplio y disponemos de terrazas que nos ha permitido ir capeando el temporal.

Pero lógicamente hay mucho miedo, mucho respeto y eso se ha traducido en que muchas bodas que ya teníamos contratadas se anulen o se aplacen. Comuniones, que teníamos como unas cien previstas para el mes de mayo, se aplazaron a septiembre y octubre, pero con muchísimas menos personas, para que os hagáis una idea, comuniones que eran cuarenta o cincuenta comensales, han pasado a diez o quince, otras en ocho y así. Y claro, todo esto con el temor de que nos sigan confinando por territorios y nos afecte más todavía.

También hemos perdido muchas comidas y cenas que organizábamos con asociaciones del pueblo, con las peñas del Atlético de Madrid, con los jubilados, etc..

Tras acabar el estado de alarma, volvisteis a abrir y parecía que todo volvería a la normalidad

Juan José.-Eso es lo que queríamos y para ello hicimos unas inversiones importantes, incluso pedimos un crédito al banco para adecuarnos como he dicho a las exigencias sanitarias. Compramos una nueva carpa mucho más grande de la que teníamos, la acondicionamos pensando en que esto iba a ir a mejor hasta el punto de pensar en comprar otra carpa más debido al número de comuniones y bodas que teníamos contratadas para garantizar el tema de las distancias de seguridad y ahora nos va a sobrar la que hemos comprado. De poder meter 450 personas, ahora como mucho, en el mejor de los casos, meteremos 200, así que nos sobra espacio, comedores e instalaciones.

(durante la entrevista, no deja de sonar el teléfono)

Antes era una alegría que sonara el teléfono para reservar. ¿Ahora da cierto temor al pensar que puede ser una anulación?

Juan José.- Desde luego, porque por desgracia ahora cuando suena, generalmente no es para nada nuevo. De hecho, puedes comprobar el libro de anotaciones (vemos el libro y según van pasando las páginas, las anotaciones de aplazada y anulada son continuas) y como verás lo que iba a ser un año con unas previsiones muy buenas, que nos ha costado mucho esfuerzo, pues ha derivado en un palo durísimo del que no sabemos si vamos a poder salir adelante.

Lo peor es la incertidumbre, ¿no?

Juan José .-Claro, porque si tuviéramos claro que esto se iba a acabar en una fecha concreta, pues sabes a lo que atenerte y aguantas como sea, pero con esta situación es imposible, porque no sabes si vas a poder terminar las comuniones, si vas a poder celebrar las bodas, no sabes si vas a poder hacer la barra libre, si va a haber baile, en fin una serie de exigencias, que en mi humilde opinión, algunas no están bien pensadas, porque no son muy razonables y parece que la hostelería tenemos la culpa de todo y hemos creado el virus. 

¿En qué sentido?

Juan José.-Porque las bodas no son un macro botellón, o una discoteca, generalmente se celebran en espacio amplios donde se pueden mantener las distancias y la gente está concienciada. Nosotros hemos hecho bodas y todos van con mascarilla y cuando salen a bailar, no se juntan los ochenta, sino que hay grupitos que bailan, otros que están en las mesas, otros en la barra y no hay excesivo peligro de contagio, pero ahora quieren quitar el baile, y una boda sin baile es como un jardín sin flores. Por eso digo que quizás no se ha pensado bien, aunque reconozco que es muy difícil tomar decisiones, pero también tendrían que tener en cuenta que nos están llevando a la ruina, porque en definitiva esto es la pescadilla que se muerde la cola, si yo no puedo celebrar comuniones, ni bodas, pues no compro suministros al carnicero y al pescadero y estos no compran a mercamadrid y así sucesivamente.

¿Y llegan nuevas restricciones y confinamientos parciales?

Juan José.-No lo quiero ni pensar, si vuelven a confinarnos y como yo, piensa muchos empresarios del sector, sería imposible, vamos yo ya te digo que si me vuelven a cerrar tres meses, echo el cierre y nos vamos porque no podríamos soportarlo. Estos tres meses anteriores con el estado de alarma, lo hemos podido aguantar con los pequeños ahorros que hemos ido guardando a lo largo de los años y por la ayuda del banco, pero si se repite…. el pozo se seca. Lo dicho, si nos vuelven a cerrar, conmigo que no cuenten.

¡Pues que no lleguemos a ese caso!

Juan José.- Esperemos, yo siempre me he considerado una persona optimista y espero, como todos, que llegue la vacuna cuanto antes y que sea el fin de todo esto, o al menos, el comienzo del fin, porque sabemos que esto va a durar mucho tiempo, pero la gente se quitaría en cierto modo el miedo, y todo volvería  más o menos a la normalidad. 

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