Con motivo del cincuenta cumpleaños de Alberto Rodríguez Madrid, el gran Caleca, los villaodonenses Los Depósitos regresaron el sábado 25 de noviembre a un pub en el que ya han actuado en varias ocasiones. Arrancó el concierto sobre las 23:30, en un local abarrotado por un público compuesto de aficionados al flamenco, que ya se habían reunido allí con anterioridad, y los seguidores de la banda, entre los que me cuento.
El cuarteto, con sus dos guitarras eléctricas, bajo y batería, nos vuelve a demostrar que están perfectamente rodados y preparados para tocar en todo tipo de escenarios. La música pop y, sobre todo, rock que interpretan, suena potente, nítida y contagiosa desde el comienzo. Escuchamos algunos temas de su repertorio habitual, como el ramoniano Pipi Costi, y versiones de Creedence Clearwater Revival o M Clan (Carolina), esta magníficamente interpretada, con su soltura y espectacularidad, por el animal de escenario en que se convierte el cumpleañero Caleca cuando se sube a las tablas. Pipi Costi, Alejandro y Carlos Roldán se turnan cantando la voz principal y acompañándola con los coros.
Como novedad más que curiosa, interesante y llamativa, una marchosa versión de la banda sonora de la afamada serie Juego de Tronos, en la que Carlos exhibe con naturalidad su virtuosismo con la preciosa Gibson Les Paul que maneja. Al otro lado, Pipi y Alejandro intercambian más de una vez guitarra y bajo sin que la calidad del sonido y la conjunción se resientan en ningún momento.
La sala Casablanca, como decía, está abarrotada por un variopinto público de todas las edades, y el concierto se desarrolla in crescendo, alcanzando cotas de intensidad extrema con el transcurso de los minutos. Los numerosos amigos de Caleca que hemos acudido a homenajearle en su cumpleaños nos vamos aproximando al escenario y percibimos toda la contundencia y belleza del rock puro y diáfano en directo. Cuando interpretan un celebérrimo tema de Rage Against de Machine, una de las piezas estrella de su repertorio, todos nos emocionamos, saltamos y cantamos el legendario himno juvenil entrando en trance colectivo, y el ambiente del Casablanca se anega de electricidad y pasión.
Caleca vuelve a tomar el mando y canta los dos últimos temas del show: «Ya no se reúnen las bandas, en los coches de choque…» Esta canción de los Depósitos, tremendamente emotiva y evocadora de los viejos tiempos en las fiestas patronales, resulta perfecta como colofón del espectáculo y enciende los ánimos de todos los que la conocemos y la cantamos a pleno pulmón. Es obvio que la banda disfruta encaramada en el escenario, empezando por el estelar Caleca, que baila, gesticula e interactúa con la afición como un Mick Jagger castizo que hubiese nacido en el madrileño barrio de Las Ventas, combinando torería, carácter de líder y voz atronadora.
Ya he escrito aquí en alguna ocasión que Los Depósitos son una magnífica banda, capacitada para ofrecer un espectáculo pop rock vibrante, muy ameno y profesional. Después de esta última actuación, evidentemente lo mantengo porque han vuelto a vencer y convencer: todos salimos de allí muy alegres y satisfechos, pues la energía juvenil e indomable de estos músicos resulta contagiosa. A mí me gustaría que grabaran un álbum de estudio, pues creo que tienen nivel de sobra, y se las vieran con la alta potencia sónica de los grandes escenarios, que estoy convencido que conseguirían dominar.
De momento, en Villaviciosa de Odón tenemos la inmensa suerte de verles actuar entre amigos, en locales de aforo limitado como Casablanca y sin necesidad de pagar una entrada. En el futuro, quién sabe.
Texto: Manuel Godino