Tras la ONG “Ser madre, ser mujer” se encuentra Nerea Roldán Galdós. Una mujer, nacida y vecina de Villaviciosa de Odón, que merece la pena conocer.
A los 30 años, un parto complicado le cambió la vida. Afortunadamente todo salió bien, pero su experiencia le sirvió para que una lucecita se le encendiera en su interior y empezara a preocuparse por todas las secuelas que se generan en los partos, así como la mortandad materna. De esa forma comenzó a investigar a nivel mundial y las cifras que fue descubriendo, sobre todo en África, la impactó de tal manera que decidió aportar su granito de arena para mejorar las condiciones de las mujeres en el continente africano. Así, junto a otras dos amigas, Raquel Pérez y Ana Ramos, crea un proyecto de cooperación que culminará con la creación de “Ser Madre Ser Mujer”, una ONG sin ánimo de lucro que imparte programas de formación a personal sanitario en países en vías de desarrollo.
Envillaviciosadeodón.es ha querido conocer más a Nerea y la magnífica labor que está desarrollando. Una labor que se ha visto alterada por el coronavirus teniendo que aplazar muchos de los proyectos que se tenían que haber llevado en esta primavera.
Envillaviciosadeodón.es: Siempre se ha dicho que un niño nace con un pan bajo un brazo, en tu caso, ese niño, nace con un proyecto solidario
Nerea: Se puede decir así, siempre he tenido ese gen cooperante en mi interior, y siendo más joven, cuando veía alguna catástrofe en la televisión, pensaba que algún día quería ayudar a esas personas de una u otra forma. Me gusta ayudar a la gente, pero tampoco tenía claro de qué forma hacerlo. No sé si fue el destino, pero el nacimiento de mi hijo Hugo, fue el detonante para lanzarme a este proyecto. Tuve un embarazo complicado y tras el parto me preocupé de investigar las condiciones en las que las mujeres dan a luz en el mundo. Ahí me di cuenta, sobre todo en la zona del África Subsahariano, que muchas mujeres sufren graves secuelas, y por ello decidí, crear un proyecto de cooperación internacional.
Pregunta: ¿En qué consiste?
Nerea: Pues el proyecto nace con la intención, desde mi profesión (Fisioterapeuta), de prevenir todas las posibles complicaciones que se pueden generar en los partos. Hay que señalar que el 99% de las muertes en los partos, se producen en países en vías de desarrollo, y prácticamente la totalidad se podrían evitar. Por ello, me pongo en contacto con amigas para sacar adelante este proyecto. Un primer proyecto dirigido de manera específica a matronas para evitar las complicaciones en los partos, a través de un programa, un método dirigido a la mujer.
Una vez armado el proyecto lo presentamos a la Sociedad Española de Medicina Humanitaria (SEMHU) que quedó encantado con el proyecto, ya que se trata de una alternativa a un vacío que existe en estos países, pues no hay programas de prevención al nivel que nosotros hacemos, ni programa de rehabilitación de las secuelas obstétricas. El SEMHU lo presento a su vez a diferentes países y en apenas una semana nos comentan que el proyecto está aprobado y tiene luz verde para su desarrollo. Así nace la primera misión en Senegal, el país, donde más muertes hay en el parto.
¿Estamos hablando de qué fechas?
Nerea: Armar este primer proyecto, hablamos de 2012-13. Tras unos meses de duro trabajo, decidimos viajar en el 2014, sin embargo, cuando lo teníamos todo preparado, surgió el problema del Ébola, por lo que decidimos retrasar el viaje hasta el 2015. Fue en marzo de ese año cuando hicimos el primer curso de formación a Matronas en el Hospital San Juan de Dios de Senegal. En ese primer curso logramos formar a unas 30 matronas. Fue un éxito rotundo y a partir de ese curso, viajamos una dos o tres veces al año a hacer diferentes programas para la mujer.
Una vez que vemos que el proyecto está consolidado, es cuando decidimos fundar la ONG Ser Madre Ser Mujer.
¿Qué es Ser Madre Ser Mujer?
Nerea: Una ONG pionera, fuerte, emprendedora, familiar y de salud, cuya primera finalidad es ayudar a las mujeres, en salud maternal, salud sexual y reproductiva e igualdad de género en los países en vías de desarrollo. Hay que tener en cuenta que ser mujer en esos países es una desventaja brutal, porque son países muy machistas. Según las cifras, la primera causa de muerte en edad adolescente, en niñas menores de 19 años, es el embarazo, en las complicaciones que se generan a raíz del embarazo. A esto hay que añadir que la primera causa de abandono escolar en niñas es por abusos sexuales que sufren por sus propios compañeros en la escuela.
Por todo esto, desde nuestra ONG queremos prevenir todas estas desgracias. Para ello, damos clases de educación sexual, formamos a orientadores en esta materia, y damos charlas a adolescentes. Hemos comenzado con charlas a las niñas, para explicarles toda su anatomía genital, de su ciclo menstrual, de su etapa fértil, de la transmisión de enfermedades sexuales etc… en definitiva, les hablamos de su cuerpo, y de su derecho a decir no cuando no quieran hacer algo.
Ahora, vamos a comenzar a dar estar charlas también a los chicos, a formarles, pues tienen unas creencias totalmente falsas y mal fundadas. Por ponerte un ejemplo, se creen que las mujeres solo se pueden quedar embarazadas cuando están con la regla. Tienen una gran desinformación y es un tema casi tabú y nosotros queremos romper con todo eso.
Otro de los temas que tratamos en el ONG es que trabajamos todo el trauma genital, perineal que se genera después de un parto, una operación o un abuso sexual, así como la mutilación general.
Y también nos traemos a España a ginecólogos y personal sanitario de esos países africanos, para que conozcan nuestro sistema sanitario, visitamos hospitales, centros de salud etc..
Nos trajimos a una matrona y teníamos previsto traer a nuestro director local en Senegal, Komla Folly, en el mes de mayo, pero el Covid-19 lo ha hecho imposible. Cuando había conseguido el visado para viajar, a la semana siguiente nos confinaron. Con él queríamos hacer un trabajo de sensibilización y además de conocer nuestro sistema de salud lo quería llevar a algún colegio para que contara como es la vida en África y cómo ha sido su vida personal. Komla ha tenido una historia de superación muy bonita, de pequeño tenía que caminar descalzo dos horas diarias para ir al colegio, atravesando ríos, entre matorrales, animales salvajes y otras dos horas de vuelta a casa y quiero que los niños de nuestro pueblo sepan que la realidad no solo son los móviles y las redes sociales y que tienen mucha suerte de haber nacido en esta parte del mundo. Que aprendan a valorar más lo que tienen.
No ha podido ser, pero lo aplazamos al año que viene. Además, no queremos que su visita se limite a España, así que estamos hablando con algunas universidades en Francia y Bélgica para ir y que en esos países conozcan nuestra ONG y las enseñanzas de Folley.
La Pandemia lo ha cambiado todo y os ha afectado de lleno.
Nerea: Ha afectado totalmente a nuestros proyectos. Hemos tenido que suspender la misión que teníamos prevista en abril en Cabo Verde, también anulamos la de Togo para el Verano. En verano tenía varias reuniones concertadas en Senegal con diversas ONGS y sanitarios que he tenido que aplazar. Eso en lo que se refiere a lo más inmediato.
Mirando ya a finales de año, tenemos prevista una misión médico-quirúrgica para trabajar sobre un programa quirúrgico de secuelas obstétricas con ginecólogos de la zona y probablemente también nos metamos a hacer tema de reconstrucción tras mutilación genital, pero ahora está en stand-by sin saber si la vamos a poder llevar a cabo con todo lo que lleva de incertidumbre en temas de organización y logística.
A nivel nacional, el coronavirus ha afectado también a proyectos internos, por ejemplo, a la Maternidad que estábamos construyendo que por el covid se ha retrasado, aunque por suerte hemos podido terminar las obras y sobre todo a la formación que íbamos a llevar a cabo con Folley en la Universidad.
Por el lado contrario, lo que sí hemos hecho ha sido blindar nuestros centros sanitarios. Hemos hecho una donación de geles, mascarillas, etc… y hemos conseguido acabar los proyectos que teníamos entre manos, salvo las misiones antes mencionadas. Habrá que esperar al 2021 si todo va bien, para redoblar nuestros esfuerzos y viajar más veces a África para recuperar el tiempo perdido.
Si en España, de cada cien mil partos mueren dos mujeres, en Senegal mueren 320 mujeres y en Togo casi 400
¿Qué noticias te llegan de cómo está afectando el virus en el continente africano?
Nerea: En Africa parece que el coronavirus lo están controlando, o al menos está evolucionando de manera más lenta. En Senegal, no llegan a 8500 casos y unos 150 muertos. En Cabo Verde tienen muy poquitos casos, al igual que en Togo, aunque no pueden confiarse pues con este bicho tan traicionero se puede descontrolar en cualquier momento.
¿En qué ha cambiado o va a cambiar el virus la manera de trabajar de vuestra ONG?
Nerea: Hemos tenido que celebrar una votación de socios vía email. La asamblea de socios de este año la anulamos y la hemos pospuesto para cuando se pueda realizar presencialmente. Hemos hecho todo vía email nada presencial.
Nos estamos planteando digitalizar nuestros programas, los cursos de formación, hacer vídeos por si acaso el año que viene se siguen suspendiendo los proyectos y tengamos que recurrir a la tele formación, es decir, nos hemos dado cuenta que tenemos que tener un plan B y tener gente siempre local en todos los países por si se cierran fronteras y puedan trabajar.
Parte de nuestro presupuesto lo hemos destinado a campaña anti covid que no lo teníamos previsto y sobre todo estamos a la expectativa de cómo va evolucionando la pandemia en los próximos meses para ver si es necesario o no, hacer más cambios.
¿En qué sentido has comentado que sois una ONG pionera?
Nerea: Porque es un programa que no existe en ninguna ONG. Somos los únicos que trabajamos con técnicas manuales vía vaginal, anal y sobre todas las secuelas que se producen tras una mutilación. Ese trauma que se genera de por vida, que la mujer sufre mucho dolor, impotencia sexual, disfunción, etc… y la verdad que ese trabajo está dando muy buenos resultados.
¿Hay mucho donde trabajar?
Nerea: La verdad es que sí. También hacemos proyectos de arquitectura, de rehabilitación de maternidades que están en mal estado, de hecho, como te he comentado anteriormente, hemos podido inaugurar nuestra primera maternidad. En ese sentido, tratamos de enfocar nuestro esfuerzo en las maternidades de entornos rurales donde no hay posibilidad de hacer una cesárea de urgencias y cualquier complicación puede significar la muerte, del niño, de la madre o de los dos. No hay protocolos, no hay ambulancias y poco a poco estamos intentando que todo eso cambie.
Echando la vista atrás, ¿pensabas en lo mucho que hay que hacer?
Nerea: Al principio tienes una idea de lo que te puedes encontrar y aunque cuando fui la primera vez iba muy preparada, todo cambia cuando pisas el terreno. Allí te das cuenta de las posibilidades que se te abren y de lo mucho que hay que trabajar. Por darte unas cifras, si en España, de cada cien mil partos mueren dos mujeres, en Senegal mueren 320 mujeres y en Togo casi 400.
Estamos hablando de países eminentemente machistas, ¿cómo os reciben?
Nerea: Pues, aunque parezca lo contrario, bastante bien en general. Se puede decir que nos reciben con los brazos abiertos todo el personal sanitario. Pero dicho esto, también hay que reconocer que es muy complicado. Por un lado, están las mujeres. No hay que olvidar que hacemos unos tratamientos muy invasivos, estas entrando dentro de su cuerpo. Una mujer que ha sido violada, y que sufre un trauma perineal le cuesta aceptar esa invasión de su cuerpo, pero a la vez, es muy bonito porque vas comprobando sesión tras sesión como esa mujer reacia al principio poco a poco te va dejando actuar, se va abriendo en todos los aspectos, te empieza a contar cosas de su vida, de su intimidad, cosas que a veces te dejan en shock y que no te entran en la cabeza, porque sufren, incluso por parte de sus maridos, continuos abusos, violaciones y son mujeres que no tienen voluntad propia. Todos esos traumas y esas secuelas van saliendo en las sesiones y las vamos ayudando a que se sientan más mujer y más libres.
En cuanto a los hombres, es más difícil. Tuvimos problemas porque el primer fisioterapeuta que formamos en Senegal era un hombre y las mujeres no querían que les tratase, no por ellas, sino porque sus maridos no las dejaban que un hombre las mirase. Lo hombres no quieren que sus mujeres vayan al ginecólogo si es éste es un hombre. Tuvimos que traer de Togo a una fisioterapeuta para formarla. Son los problemas que hay que lidiar en esos países, pero con mucho trabajo y esfuerzo intentamos que las cosas cambien.
Una vez que trabajáis con las mujeres y empiezan a conocer otra realidad, ¿qué sensación tienen?
Nerea: Una sensación de libertad. Yo me pongo en su piel y es lo que siento. Esa sensación de sentirse cada vez más independientes, de tener mejor calidad de vida. El conocer nuevas cosas te hace sentir mucho mejor, y como digo más libre.
Eso me imagino que a ti personalmente te debe llenar de satisfacción
Nerea: Ese grado de satisfacción me viene por dos lados. Uno es cuando consigues tratar a una mujer que ha sufrido mucho y en tres sesiones le has cambiado su vida, su día a día. Y otra es con los resultados que estamos consiguiendo con el programa de prevención de las complicaciones. Hemos un estudio, registramos todos los datos de las mujeres que siguen el programa en comparación con las que no los siguen y vemos que las mujeres que siguen el programa, las complicaciones en los partos se reducen al 5% frente al 30% de las que no lo siguen. Ver que estás haciendo las cosas bien y que el tratamiento funciona te dan una enorme satisfacción y ganas de seguir trabajando y ayudando a estas mujeres.
Tendrás mil anécdotas que contar, ¿cuál te viene a la memoria? Esa situación que te dejó marcada.
Nerea: Hay muchas, pero quizás te diría una que me ocurrió en la segunda misión. Estábamos haciendo un tratamiento del dolor pélvico-perineal y me impactó mucho el caso de una joven de unos 22 años de edad que había sido violada, que tenía toda su zona pélvica muy contraída, retraída con muchísimo dolor y que no podía decirle nada a su marido cuando quería mantener relaciones sexuales por temor y siempre era forzada. Conseguimos que ya a la tercera sesión, esa chica volviera a sonreír, ya no sufría dolor y pudimos trabajar con ellas súper bien.
También hay momentos duros, como cuando trabajamos en una isla en Senegal donde una mujer no paraba de llorar y me agarraba la mano diciendo que no podía soportar más el dolor, que cuando su marido la penetraba, luego se pasaba dos o tres días sangrando, ya que había sufrido una mutilación genital de grado tres.
Debe ser duro
Nerea: Lo es, pero yo cuando viajo a África, me conciencio para ponerme en su lugar, Olvido, o al menos lo intento, mi mentalidad occidental, dejo mi mente en blanco para trasladarme a sus comunidades. Es allí cuando te das cuenta que la mutilación genital es algo que se lo hacen entre ellas, madres, abuelas, tías y lo hacen porque no tienen más remedio. Nadie quiere hacerlo, pero saben que si a esas niñas, no se las mutila genitalmente con cinco, seis años, esa niña va a estar estigmatizada por la sociedad, la van a considerar sucia y no va a ser pura. Ellos, por desgracia, piensan así y lo creen realmente. Ante esa situación tienes que actuar pensando como ellos, no puedes llegar de golpe y decir que es algo horrible, que lo es, que es nefasto, por lo que tienes que intentar ofrecer alguna alternativa para esa purificación. Debes darles soluciones a sus creencias, a su cultura. Evidentemente me da mucha impotencia, muchísima rabia, pero hacemos todo lo posible para prevenirlo y para curar las secuelas que generan.
Vamos a hablar un poco más sobre la ONG en sí ¿Quiénes la forman?
Nerea: Somos un equipo muy completo, en el que hay fisioterapeutas, médicos, expertos en cooperación internacional, aparte de personal, de contabilidad, gestión etc… en total unas 20 personas.
¿Cómo os financiáis?
Nerea: Básicamente con nuestros socios, que desde aquí hago un llamamiento a todas aquellas personas que puedan o quieran colaborar con nosotros, porque necesitamos más socios, y sobre todo a través de la fundación Jesús Sierra del grupo Catalana Occidente que nos financian y nos dan una cantidad para realizar dos o tres misiones al año.
Otra parte importante de financiación es con la venta de fotos. Hacemos una exposición itinerante que se llama “La Madre que nos parió” que muestra nuestro trabajo en Senegal. Con esas exposiciones, sensibilizamos mucho la realidad de ser mujer en África, conseguimos socios y vendemos fotos. Hemos estado en Estepona, en Madrid, en Málaga con motivo del festival de cine y lo que me gustaría es traer esta exposición aquí, a mi pueblo, a Villaviciosa de Odón.
¿Cómo se puede colaborar con la ONG?
Nerea: De varias maneras. Te puedes hacer socio a través de la web que tenemos cuya dirección es www.sermadresermujer.org. No tenemos una cuota fija para hacerse socio, desde 5 euros al mes puedes ayudar. También comprando fotos a través del email del fotógrafo responsable de las exposiciones que es Nacho Samper cuyo email es nachosamper@me.com y para voluntarios e información en general lo pueden hacer a través de info@sermadresermujer.com
También en la web existe una pestaña para aquellos que quieran ser voluntarios.
Cambiando un poco de tercio. ¿Sois una ONG fundada por mujeres, donde la mayoría de los que trabajáis en ella sois mujeres, en la que la mayoría de los proyectos van encaminados a las mujeres?
Nerea: Las mujeres hemos sufrido mucho a lo largo de la historia, no hemos estado reconocidas a muchos niveles y es hora de decir, “basta ya” “aquí estamos” y decirlo de manera clara y alta, con ganas, buscando una igualdad, de derechos y oportunidades, sin caer en temas más políticos, sino más social. Un movimiento que busque cambiar, concienciar la sociedad, y busque nuevos valores.
Lógicamente no podemos comparar la situación de la mujer en España con la situación de la mujer en los países donde estamos trabajando, pero tampoco es comparable nuestro estilo de vida con el de ellos. Cada país tiene su propia evolución, pero en todos tenemos que luchar por intentar que todos tengamos los mismos derechos y las mismas oportunidades. En los países africanos esa evolución será más lenta, porque la desigualdad entre hombres y mujeres es muy superior a la que hay en España, pero al igual que las cosas han cambiado en este país en los últimos cien años, allí pasará lo mismo.
Gracias por todo y por la labor que estáis realizando
Nerea: Gracias a vosotros.