Nuestro vecino Javier Roldán nos hace llegar este artículo tras la presentación de la Asociación INADcure Spain y de la novela El juez y la trenza del pasado martes en nuestro municipio.
Tengo que reconocer que nunca he sentido, ni entendido, ese orgullo de pertenencia a un país por el mero hecho de haber nacido en un lugar que ni tú mismo has elegido, a un pueblo por el hecho de fijar allí tu residencia habitual, ni mucho menos a un equipo de fútbol por las alegrías o sufrimientos (soy del Atleti) que éste te pueda dar.
Pero ha sido este martes, 14 de diciembre, en la presentación de la Asociación Inadcure Spain y de la novela «El juez y la trenza» cuando creo haber comprendido en su plenitud dicho sentimiento.
Sí, porque siento infinito orgullo de tener una mujer y un hijo que sacan lo mejor de mí y me hacen sentir querido de una manera única y excepcional. De tener unos padres que, siempre con el ejemplo, nos han inculcado los valores de la generosidad y la solidaridad, entre otros, como pilares fundamentales de nuestra vida. De tener unas hermanas, generosas, cariñosas y detallistas a más no poder. Siento orgullo de nuestros tíos, primos y sobrinos que han acudido en tropel a esta presentación (los que han podido), y nos han apoyado en todo momento desde el principio en esta lucha. Siento también orgullo de nuestra familia política, cuñadas, cuñados, concuñadas y concuñados que nos demuestran día a día que eso de la familia no tiene que ver tanto con la sangre.
Siento orgullo de nuestros amigos, incontables en la presentación, y que, aunque a algunos no les veamos con la frecuencia que nos gustaría, cuando les hemos necesitado, nunca han preguntado ni cuándo, ni cómo, ni dónde, simplemente se han limitado a darnos un sí rotundo, sincero y comprometido.
Siento orgullo de nuestros vecinos de Villa, representados en la presentación por José María Pardo y Luis García, en primera línea, y por las decenas o cientos, ¡qué sé yo!, que poblaron las butacas del Coliseo. Muchos conocidos, la mayoría, y otros con los que, sin conocernos, nos hemos cruzado millones de veces intercambiando un “hola” desde hace casi cincuenta años y que han acudido, sin pensárselo dos veces, a la presentación.
Siento orgullo de mi hermano mayor, Pacho. Además de ser amigo (somos de la misma pandilla), ha ejercido y ejerce de hermano mayor con prudencia, mesura y siempre con el ejemplo. Ejemplo, entre otras cosas, de generosidad, como bien queda demostrado con este su último gesto.
Y siento orgullo de mi hermano Carlos, de cómo lleva esta lucha, junto a Becks, con una entereza y dedicación admirable, y de cómo me emocionó y me hizo llorar al oírle hablar de una manera tan realista y cercana en la presentación.
Mi familia, mis amigos y mis vecinos.
Esos son mi país, mi pueblo o mi equipo de fútbol, y puedo decir bien alto que por ellos sí que siento orgullo, un auténtico orgullo de pertenencia.
#ayudemosaNico
Javier Roldán