Nuestro colaborador, Diego Ferriz, también está disfrutando de las Fiestas Patronales de Villaviciosa de Odón. El domingo le pedimos sus sensaciones sobre el primer concierto en directo, que ofrecieron los villaodonenses The Wyest. Esta es su crónica.
La noche del domingo 18 asistimos a la actuación de The Wyest en la plaza de la Constitución. Mientras pedimos un refresco en la barra de un bar de la plaza, la banda prueba sonido en el escenario interpretando un tema. Pero no sabemos si es el comienzo del concierto, y nos quedamos algo desconcertados cuando abandonan las tablas por diez minutos. Nos hemos situado justo detrás de la mesa de sonido que queda a mitad de la plaza, tras un público que no llenará el recinto pero le dará calor y pasión a la velada. Ahora sí, se apagan las luces y comienza la actuación.
Habíamos visto a The Wyest en el Café del Infante hace un tiempo y nos habían gustado. Pero lo de esta noche supera todas las expectativas. Hay grupos de músicos jóvenes a los que se les atraganta el salto de los pubs y salas de conciertos de pequeñas dimensiones a los grandes escenarios. Pero no es el caso de The Wyest. Por el contrario, su directo gana enteros a la hora de la verdad, cuando cada músico no está tan arropado al disponerse en un espacio más amplio y los errores no pasan desapercibidos, sino que son amplificados por la potencia y claridad de las torres de bafles que vierten el sonido sobre el público.
Y es que apenas se aprecian esos fallos propios de las bandas aún inexpertas. Porque no los hay: sobre una base rítmica de bajo y batería muy consistentes y precisos, los teclados, la guitarra eléctrica, la guitarra acústica de Asier Acebo y la voz de Javier Godino se combinan con naturalidad y belleza, todos afinados y compenetrados. El sonido de The Wyest linda con la perfección gracias a su pericia y la de los técnicos de sonido, cuyo buen trabajo es de agradecer. Aunque no conozco bien las canciones, pronto empiezo a disfrutar con su melodioso fluir, sus momentos de gran intensidad pop rock y la vistosa envoltura de luces muy atractivas y espectaculares sobre los músicos.
Partiendo, por poneros un ejemplo orientativo, de que The Wyest es un grupo que canta en inglés canciones de pop rock en la onda de los irlandeses U2, a mí me traen reminiscencias del mejor pop rock de los años 80, de Radiohead, Suede, Mercury Rev, Ocean Colour Scene… Grandes bandas internacionales de las últimas décadas que voy recordando mientras paladeo con sumo placer la explosión rítmica, el picante aderezo de la guitarra eléctrica, el toque más suave y emocional de la acústica, los envolventes teclados, el apabullante sonido en conjunto, que brilla a una altura inesperada; desconocía que The Wyest fuesen ya tan sólidos y estuviesen tan rodados. Durante algo menos de una hora, la banda interpreta unas cuantas canciones muy bonitas, contagiosas y plenas de armonía y brillantez.
Rematadas por la voz de Javier Godino: este gran actor de prestigiosa carrera es también un fabuloso cantante. Se muestra sobrio y elegante a un tiempo, moviéndose al compás de las canciones y encabezando la puesta en escena con soltura y dominio de la situación. Su voz, un tono intermedio entre los graves y agudos de la banda, es impecable, templada o cálida según requiere cada canción, y nos maravilla, alcanzando notas agudas muy difíciles con total precisión y perfecta cadencia. Javier, además, es una excelente persona que homenajea al gran David Bowie y nos ofrece, entre canción y canción, un mensaje irreprochable en esta época de capitalismo y materialismo exacerbados: lo que verdaderamente importa, más que si somos ricos o pobres, poderosos o humildes, es el corazón, el espíritu, la humanidad y la generosidad de cada persona, la emoción visible en el brillo feliz de los ojos.
The Wyest se despide con un tema más funky y discotequero y entra en escena una banda de músicos expertos, componentes de renombradas bandas del pop rock español, que interpretan famosas versiones. Me quedo a escuchar «Santa Lucía» de Miguel Ríos, «Déjame» de Los Secretos, «Voy a pasármelo bien» de Hombres G… Desgraciadamente, debo retirarme a descansar porque me toca madrugar en pocas horas, mientras el público congregado en la plaza y las terrazas cercanas sigue disfrutando de la música en vivo.
Foto: Prensa Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón