viernes, diciembre 1, 2023

«Un panorama incierto», el análisis de Diego Ferriz sobre la España post electoral

spot_imgspot_img

Nuestro bloguero Diego Ferriz ha vuelto a ponerse «Solo frente al teclado» para darnos su visión sobre la situación que vive España tras las elecciones del 20 de diciembre y el futuro difícilmente adivinable del que llevamos siendo partícipes desde el momento casi en que se conocieron los resultados. 

Ha transcurrido cerca de un mes desde las elecciones generales y aún no sabemos quién será el próximo presidente del gobierno, qué partido establecerá las políticas pertinentes y en qué condiciones lo hará; si se tratará de un gobierno en solitario que se desenvuelva en el parlamento mediante constantes negociaciones, un pacto de dos formaciones o uno de tres que incluiría a PP, PSOE y Ciudadanos. Creo que a día de hoy se puede descartar una alianza a tres o cuatro bandas que involucre a Podemos, pero aún hay que esperar a ver si Pedro Sánchez alcanza un acuerdo con Pablo Iglesias y es investido presidente tomándole la delantera a Mariano Rajoy, quien hoy por hoy parece el candidato con más posibilidades.

La incertidumbre es manifiesta y la confusión entre los votantes, que en su mayoría desconocemos los procedimientos parlamentarios, más que obvia. Yo creo que, en primer lugar, un pacto entre Mariano Rajoy y Albert Rivera respetaría la costumbre y el acuerdo tácito de que gobierne y presida España la lista más votada. Sin embargo, sumados sus escaños no alcanzarían la mayoría absoluta y eso, en la práctica, supondría la inviabilidad de facto de sus propuestas, siempre que PSOE, Podemos y demás formaciones se opongan en el congreso a las mismas.

La opción de un gran pacto de Estado entre PP, PSOE y Ciudadanos que penalizaría a Podemos parece razonable para salir del atolladero en que nos hallamos; se garantizaría la gobernabilidad y el equilibrio político, con Mariano Rajoy de presidente y Pedro Sánchez y Albert Rivera como aportadores de alternativas al poder único, que suele devenir en excesos imperativos y descontento de la oposición. La alianza a tres bandas implicaría una mayor transparencia, un mayor control del fraude fiscal y un consenso inevitable en materia laboral y social. Pero, si me permiten mi opinión, veo complicado que se alcance este acuerdo mayoritario, pues PP y PSOE, tradicionalmente enfrentados, no formarían una amalgama homogénea ni siquiera con la mediación de Ciudadanos, por no mencionar la lamentable trifulca de sus candidatos en el último debate preelectoral televisado.

Por las mismas razones, no me parece realista pensar en un pacto PP-PSOE dejando al margen a Ciudadanos; pues éstos últimos son la esperanza de que, ejerciendo de moderadores neutrales, cierren filas, limen asperezas y se avengan a estabilizar nuestro futuro, hoy en día impredecible y nebuloso.

Las siguientes opciones ya no contemplan la presidencia de Mariano Rajoy sino la de Pedro Sánchez. En primer lugar, respondiendo a un acuerdo PSOE-Podemos, alternativa que se está barajando estos días y que, según se dice en los medios nacionales, no disgusta a Pedro Sánchez, que se vería investido presidente con el eventual apoyo de Pablo Iglesias. El problema que yo encuentro ante esta posible alianza global de la izquierda, que tal vez secundarían otras formaciones parlamentarias obteniendo la mayoría absoluta, es la incompatibilidad programática de PSOE y Podemos, denunciada según sabemos a través de los medios por varios altos cargos socialistas. Yo me inclino a pensar que, por más que Pedro Sánchez anhele su propia investidura, su partido no le permitirá aceptar las condiciones impuestas por Pablo Iglesias, que entre otras cosas alienta un referéndum de independencia en Cataluña.

Y, francamente, tampoco veo a éste cediendo y desdiciéndose para desbloquear el acuerdo y dar el gobierno a la izquierda, pues, pese a que me preocupa la pujanza de Podemos, le encuentro un líder que, además de ostentar cierto carisma y sentirse cómodo ante las cámaras, es coherente con su ideología izquierdista que, debemos admitirlo, beneficiaría a los más humildes en algunos aspectos -de ahí que haya obtenido tantos votos-, pero implica una amenaza para la soberanía del pueblo español y su Corona, su Constitución, su libertad ganada a pulso y su integridad a medio plazo, así como un bandazo de fatales consecuencias en materia de política internacional: si Podemos alcanzara el poder nos alejaríamos de nuestros aliados occidentales y democráticos para acercarnos a posiciones radicales que son antiamericanas por una u otra razón.

¿Tienen razón Pablo Iglesias y Albert Rivera cuando se quejan de la ignominiosa corrupción? Sinceramente, creo que sí, y ahí radica la explicación de sus 109 escaños. La gente está escandalizada ante el envilecimiento de los políticos que han quebrantado las leyes de diversas formas desde que el PSOE y el PP se turnan en el poder. Por eso miles de votantes de izquierda han apoyado a Podemos y otros tantos de derecha a Ciudadanos. Pero de ahí a destruir las instituciones, desvirtuar la Constitución, desposeer a la Corona y fragmentar España va un abismo. Sí me parece esperanzadora la irrupción de Ciudadanos como partido que da signos de moderación y templanza, prometiendo trabajar desde el respeto y la ilusión, con ahínco y nuevos bríos, en la regeneración política del país.

Pero, ¿qué ocurriría si no se alcanza ninguna clase de acuerdo, no se produce la investidura y nos vemos abocados a una nueva convocatoria de elecciones generales? No es fácil responder a esta pregunta, porque tampoco es fácil que los votantes cambien de opinión en cuestión de pocos meses. Pero me da la impresión de que algunos votantes que se pasaron del PP a Ciudadanos regresarían a aquél con la idea de propiciar la segunda legislatura de Mariano Rajoy, pues como se ha visto parece muy poco probable que Albert Rivera alcance los apoyos necesarios para ser presidente del gobierno si se repiten la elecciones.

Por lo que respecta al seno de la izquierda, en este caso creo que el movimiento sería distinto -y mucho más inquietante-: a día de hoy me parece factible que, de producirse una nueva votación, Podemos adelante al PSOE y se sitúe como fuerza izquierdista mayoritaria. Lo digo porque creo que Pablo Iglesias, a quien como he dicho no le faltan cualidades políticas, se vería beneficiado por la confusa deriva de nuestros días y seguiría arrancándole votos al PSOE si se producen nuevos debates televisados en los que pueda exponer su doctrina comunista presentándola como rebelión de las masas frente a la corruptela oligárquica y el despotismo capitalista.

Foto: Rtve.es

spot_img

ÚLTIMAS NOTICIAS

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Noticias relacionadas

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img