Ésta es la historia de dos músicos unidos por su parentesco. Willy Cortázar y Guiller Momonje, tío y sobrino, residieron en Villaviciosa de Odón desde finales de los 80 hasta comienzos de los 90 y dejaron huella, grandes amistades y recuerdos imborrables.
Willy Cortázar, pianista de Barakaldo popularmente conocido como don Willy, participó en los 60 en varios grupos de Vizcaya y Madrid codeándose con gente de primera fila como Los Canarios o Los Mitos hasta que en 1969 Julio Iglesias requirió sus servicios. Su andadura junto al celebérrimo cantante fue interrumpida mientras se rodaba ‘La vida sigue igual’ y Julio se casaba con Isabel Preysler; entre tanto trabajó con Tony Landa, vocalista de los bilbaínos Mitos, que cantaban su éxito ‘Es muy fácil’ -se ha escuchado en anuncios de la tele- y reunían en sus filas a algunos componentes de Mocedades.
Regresó junto a Julio Iglesias en 1971 y estuvo con él hasta principios de 1974. Luego, del 74 al 88, montó negocios de hostelería y trabajó como pianista en los mejores hoteles de la Costa del Sol (Marbella, San Pedro, Benalmádena) hasta que en 1988 recaló en Villaviciosa de Odón y comenzó a trabajar en el programa de TV ‘Por la Mañana’ de Jesús Hermida, apareciendo en pantalla como director de su orquesta. Su sobrino Guiller me cuenta una memorable anécdota de aquellos años: tras conseguir que Julio Iglesias cantara en directo en el programa sin previo aviso, éste, que ignoraba la presencia de don Willy al frente de la orquesta con su piano, se le acercó al reconocerle, le asió las manos retirándoselas de las teclas y se las besó emocionado. Don Willy permanecería junto a Hermida algo más de un año, actuando a diario e interpretando canciones y cortinillas musicales que abrían cada sección del programa. Estas piezas musicales, todas de su autoría, le reportaron cuantiosos ingresos en concepto de derechos de autor.
Tras esta intensa etapa trabajó en varios clubes de la capital, acompañó en alguna ocasión a María Ostiz y en 1991 se instaló de nuevo en Marbella, donde fijó su residencia permanente. Durante aquellos años, vivió temporadas de trabajo en la Costa del Sol, Mallorca y Madrid, donde actuó en el Escala. En 1998 se embarcó en una gira de cuatro años y medio junto al cómico Moncho Borrajo. Don Willy aportó su sapiencia y su talento al espectáculo de Borrajo, representado en innumerables teatros de España y dividido en dos partes: Diablemos, en la que aparecían los dos solos en el escenario, y El Bufón del Rey, cuya música fue compuesta en gran parte por él.
Acabada esta apasionante aventura, regresó a Marbella y siguió trabajando en hoteles, clubes de golf, etc, hasta su jubilación. Don Willy, pianista vocacional, compositor e impecable profesional que dedicó toda su vida a la música de sus amores, reside hoy en día en Barakaldo, su ciudad natal.
Guiller Momonje no es un músico profesional a la manera de su tío Willy. Es un autodidacta, un polifacético instrumentista y cantante enamorado de la música que, arrastrado por su pasión, se involucró en infinidad de proyectos a lo largo de su vida. No se trata de un estricto intérprete, sino de un batería, teclista, guitarrista, etc, que aúna encanto amateur y talento pop rock en la línea de sus maestros, esos grandes artistas de los 50, 60 y 70, además de otras bandas del panorama alternativo con las que comparte rebeldía inconformista y ambiciones estéticas. Hoy en día, Guiller ya ha rebasado con creces los 40 y sigue al pie del cañón; lo seguirá durante muchos años, me atrevería a afirmar, pues no es posible en este caso disociar la persona del músico; explicar las bondades de este tipo afable, popular por su simpatía y tan creativo, sin referirnos a su música.
Nos situamos en Santiago de Compostela, donde residía parte de su familia, en 1983. Guillermo, inexperto adolescente, inicia su andadura musical en Kombulsiones SA y Los Monje, con su hermano Mariano a la guitarra y él a la batería y la voz. En 1986 ingresa en Efecto Pogo, una banda postpunk, a la batería, y en Harpick & The Matics, do wop punk, también a la percusión. Entonces comienza con sus creaciones en solitario, y en 1987 adopta su nombre artístico de Guiller Momonje por la influencia del hip hop.
En 1988 se instala con sus tíos en Villaviciosa. Pronto conoce a Murky (Patrullero Mancuso, Pretty Fuck Luck, etc), a quien ya entrevistamos, y su inseparable Eva, a los que se une en Villavil, dando rienda suelta a su afición por la serie B, la ciencia ficción y el rock propio de estos géneros. Entre 1988 y 1990 será uno de los dos Papagallos junto a Jose –hermano de Eva-, a quienes prestaban su ayuda los Urogallos –yo fui uno de ellos al bajo, en una ocasión actuamos en el cuartel donde José prestaba sus servicios como alférez-, dúo de pop vanguardista que se sumó a la revolución de la música electrónica. Y también participará en la Agrupación de Veteranos de Santiago, banda que era como una pandilla de chicos y chicas en la que estaban Gema Navarro, María Roldán y mi hermana Ana.
En torno a 1988 se gesta Patrullero Mancuso, el proyecto referencial de Guillermo. Junto a Murky al bajo y la voz y luego la guitarra, mi hermano Jaime a la guitarra, el bajo y la voz y yo mismo a la guitarra, Guiller tocará la batería, cantará, compondrá, añadirá arreglos de teclista, etc, durante una singladura que concluirá cerca del año 2000. Su bagaje durante estos doce años: 5 álbumes de estudio, varios lps y singles e infinidad de actuaciones por toda España, entre ellas FIB de Benicassim –en 1997 y 1999- y Los conciertos de Radio 3 en TVE. Entrevistas en la radio, apariciones en la prensa especializada y un bien ganado prestigio como banda agitadora de la efervescencia indie de los 90 caracterizada por su ideario rebelde, sus agresivos desvaríos instrumentales y su combinación, sumamente original, de punk, pop y rock, melodías estimulantes y enérgicas descargas de adrenalina.
A comienzos de los 90 las circunstancias le llevan de regreso a Algorta, Vizcaya, donde residen sus padres. No obstante, Guiller seguirá acudiendo con asiduidad a Villaviciosa para ensayar con los Patrullero y unirse a sus giras. En este período se une en «?» (Question) a gente de La Secta en Bilbao, 1992, con quienes graba una canción y actúa en Bilbao y Barcelona. Asimismo, entre 1993 y 1997 forma parte de Yogur, a los teclados, junto a miembros de los gijoneses Eliminator Jr, La Secta y Atom Rhumba (Bilbao). Luego, en 1995, se traslada y se instala en Madrid.
Entre 1995 y 1999, se presenta en los escenarios de la capital el dúo Momonje y la Luli, variopinta combinación de rock and roll y pop añejo al estilo del viejo oeste americano. Y entre 1996 y 2000 se involucra en el proyecto Eko Sisters, banda de twist en la que canta y toca la guitarra junto a Olaf (Solex) al bajo y Óscar (Godino) a la batería. Guillermo se casó con la asturiana Cristina (Undershakers) y se fue a vivir a Gijón, donde tuvo a su único hijo. Allí, continúa con su proyecto en solitario, grabando y tocando de vez en cuando, y colabora con la banda de canciones para niños Petit Pop desde 2014, tocando la batería, distintas percusiones y la guitarra. En septiembre, nos cuenta Guiller como epílogo de esta introducción, va a salir un LP de los astronáuticos Villavil extraído de las cintas que aún se conservan.
Texto: Manuel Godino
Foto: Willy Cortázar, con Julio Iglesias